martes, 29 de noviembre de 2011
Tim Buckley, "Goodbye and Hello"
Reseña del disco, por Rodrigo Burgos Cartes:
Con sólo 19 años Buckley debutó con un disco homónimo casi perfecto, de múltiple recursos, un rango vocal emotivo, amplio y estertóreo. Su música era trágica, oscura y trémula ya fuese acompañado sólo por una guitarra, cuartetos de cuerdas o extraños mantos de inmateria lisérgica.
Su segundo álbum , quizá el más recordado y comentado de cuantos publicó en su corta vida pero amplio legado, fue Goodbye and Hello, de 1967. Dentro del grandísimo sello Elektra, Buckley junto a su letrista asistente Larry Beckett, se embarcaron en un proyecto ambicioso, cúlmine y que cada día gana en poder cautivador.
Las diez canciones que componen este Goodbye and Hello, aclamado en su época no obstante la angustia infiltrada en cada surco de la pieza, son maravillas de un exquistez y polifacetismo increíbles. El barroquismo épico del tema homónimo; la tristeza aniquilante de Phantasmagoria in Two; el melancólico impresionismo de "Morning Glory"; la euforia y frenesí de "I Never Asked to Be Your Mountain"; "Pleasant Street", en donde gime por una generación creativamente brillante pero autoindulgente y condenada al fracaso, "hacia adónde irá toda esta gente aturdida" que dice.
Tim Buckley seguiría durante el resto de la década deparándole sorpresas a sus seguidores, cambiando el pelaje en colores más crepusculares y misteriosos.
Sin embargo, su estirpe incomensurable tiene su punto de alcance celestial en esta obra de 1967.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario