Loren Richard Mosher fue un psiquiatra norteamericano que consagró su carrera profesional a la búsqueda de tratamientos más efectivos y menos coercitivos para las personas esquizofrénicas. Esto lo condenó a ser catalogado como un outsider y marginado del establishment psiquiátrico.
Pero Mosher, de hecho, no era era un profesional chalado o advenedizo: fue médico graduado con honores de Harvard y se desempeñó entre 1968 y 1980 como jefe del Centro de Estudios para la Esquizofrenia del Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de los Estados Unidos. Además fundó y fue el primer editor de la revista Schizophrenia Bulletin. En 1998 fue muy sonada su renuncia a la Asociación Psiquiátrica Americana -a la que apostrofó como "Asociación Psicofarmacológica Americana"- y acusó de haberse prácticamente vendido a la industria farmacéutica. Denunció además el modelo mecánico-cerebral de la enfermedad mental que conllevaba a la profesión psiquiátrica a estar absorta en investigación psicofarmacológica sin dedicar un centavo a investigación de otra índole. (Imprescindible leer su carta de renuncia aquí.)
A inicios de los años 1970, Mosher estableció en la ciudad de San Francisco un innovador centro de tratamiento para la esquizofrenia al que bautizó con el vocablo griego SOTERIA (que significa salvación o liberación). Mosher asumía que el ambiente hospitalario restrictivo y el sobreuso de fármacos podían conspirar contra una mejor recuperación de los pacientes psicóticos por lo que, aplicando principios de comunidad terapéutica, intervenciones ambientales y psicosociales, y circunscribiendo el uso de neurolépticos a dosis bajas y sólo con autorización del paciente, obtuvo resultados promisorios y dignos de ser tenidos en cuenta.
El centro pionero SOTERIA cerró en 1983 por falta de fondos. Actualmente, sin embargo, se revaloran los postulados de Mosher y existen diversos centros asistenciales y académicos en varias partes del mundo que plasman tales ideales en la práctica. (De hecho, desde 1984 se abrió otro centro en Berna, a cargo de Luc Ciompi).
Glosando un fragmento del obituario de Mosher en el British Medical Journal: "Si hay alguna medición que trasciende los argumentos estadísticos en el trabajo de Mosher, son precisamente las encuestas de satisfacción de los pacientes que simple y llanamente se sienten mejor tratados que en los hospitales. Y si la mente es algo tiene valor más allá de su capacidad para funcionar hábilmente y proveer a su poseedor de trabajo y vida independiente, entonces el sentirse bien, lograr que los pacientes se sientan bien, es una meta tan buena -y tan ética- como cualquier otra."
Soteria y otras alternativas a la hospitalización
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