jueves, 30 de junio de 2011
Te blanco
Hablar de la historia del té blanco sigue paralela a la misma historía del té . Ha sido una bebida adoptada por las sucesivas generaciones de emperadores chinos convirtiendose en parte importante de la cultura China.
Sobre el año 1200 dc. se descubre que los pequeños brotes de la planta ofrecían una soberbia infusión de sabor suave, sedosa y freca, quedando por su complejidad y precio destinada únicamente para consumo del emperador y su corte.
Su elaboración consistía en recolectar aquellos primeros brotes que aparecían en primavera, eran comprimidos y cocidos en ollas para finalmente ser convertido en polvo al estilo del actual té matcha.
Hay que esperar hasta el siglo XIX para comenzar a democratizar el té blanco. En primer lugar hacia los países asiáticos limítrofes donde también existía un consumo arraigado del té.
En occidente su importación es relativamente reciente, ha cambiado el formato del producto a hilos enteros, siendo en estas últimas décadas cuando su consumo ha sufrido un considerable incremento debido a la publicación de los beneficios de su consumo en el organismo humano.
Los beneficios que proporciona el té blanco, ha provocado que en los últimos tiempos, gracias sobre todo a un mayor conocimiento del consumidor sobre tal hecho, territorios donde no se cosechaba ha empezado a efectuarlo, un ejemplo de ello es la zona de Darjeeling de la India de donde procede el famoso té negro Darjeeling.
A simple vista el té blanco darjeeling es muy similar a un té blanco de aguja de plata chino, sin embargo su sabor es bastante diferente.
Como ocurre con el té negroDarjeeling, este té blanco se cultiva en zonas próximas a la cordillera del Himalaya a gran altura, con lo que adquiere unas tonalidades diferenciadoras. La recolecta de los brotes se realiza al principio del verano.
Al infusionarlo nos proporciona unas tonalidades oro pálido, pero los amantes del té blanco chino comprobarán como el olor es más intenso así como su sabor, con un fondo afrutado similar al moscatel (aquellos que toman normalmente el té negro darjeeling notarán la similitud).
Es un té interesante tanto para los amantes del té negro darjeeling que precien de un sabor más sutíl como de los enamorados del té blanco, deduzco que esta variedad en poco tiempo será una habitual en nuestros catálogos de tés.
El té blanco Malawi antlers ( astas de Malawi) es también conocido como té blanco anstlers d’amour ( astas del amor). Como ocurre con casi todos los semidesconocidos tés africanos estamos ante un té blanco de gran calidad.
Su elaboración se realiza de manera manual recolectando solamente los tallos que aparecen en las puntas de los nuevos brotes, su secado se realiza de manera completamente natural dando formas similares a los cuernos del vanado a partir del cual se basa su denominación.
El resultado es una infusión de color dorado profundo, un aroma muy potente pero sin embargo su sabor es delicado con tonos dulces afrutados que se “engancha” al paladar .
La producción anual de este té blanco es muy reducida, no encontrándose en los circuitos comerciales habituales. Sin duda el esfuerzo y el precio pagado por poder saborearlo ha valido la pena.
La importancia del agua en la infusión.
Sin duda la mejor opción es el agua mineral o incluso si tiene la suerte de vivir en zonas rurales la de pozo, mantiene todos los minerales y dota a la infusión de una profundidad de matices, eso sí es conveniente que se trate de mineralización débil. Depende la zona no es un mal recurso el agua de grifo, si la zona donde vive la calidad de esta es mala recomiendo el uso de un filtro, eso sí no utilizar nunca el agua almacenada en las tuberías, sino lo ideal es dejar correr unos 20 segundos para que se oxigene. El agua destilada al no contar con minerales no proporciona un buen té.
Estamos de acuerdo que para una correcta infusión debemos tener en cuenta una serie de parámetros, la cantidad de té, la cantidad de agua y el tiempo de reposo. Ha esto hay que añadirle dos parámetros más la ya mencionada calidad del agua y una nueva variable la temperatura de esta.
Por la características de las variedades, su sensibilidad a la temperatura y siempre hablando a modo genérico estas serían las temperaturas ideales.
Té negro aproximadamente a 100º centígrados
Té Oolong aproximadamente a 85º centígrados
Té blanco y Té verde aproximadamente a 75º centrígrado.
Lógicamente pensareis que pronto aparecerá una cátedra en tealogía para poder hacer una infusión e ir con el termómetro a la cafetería. Pero en la práctica se puede simplificar de la siguiente manera :
El té negro puede introducirse en el agua en plena ebullición, el Oolong justo después de dejar de hervir y mientras que el té verde / té blanco una vez deja de hervir esperar un par de minutos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario